Tales of Vesperia: Definitive Edition (Reseña)

¡Qué tal mis estimados lectores! Ha pasado poco más de una semana desde la última reseña y hoy estoy aquí más que dispuesto para volverles a escribir. Tenía años, literal, desde que el periodo entre reseñas no era tan corto, para que quede constatado de que voy en serio con lo de una reseña al mes. El problema es que al ser tan reducido el tiempo no encuentro sobre qué rantear.

Van dos semanas de no ver a mis amigos y he de admitir que me siento extraño; después de un “Guadalupe - Candelaria” pasar tiempo sin verlos me hace extrañarlos pero a la vez me ha permitido dedicarme bien a mis juegos en los fines de semana o a algunos proyectos que se me han ocurrido. Después de terminar Observer continué jugando Vesperia para terminarlo el sábado pasado pero ahora me encuentro con una disyuntiva ya que estoy muy, pero muy ansioso y hypeado por jugar NieR: Automata. He visto y leído reseñas, me la he pasado oyendo el soundtrack y de hecho Amazon ya hizo el cargo del juego, quizá en estos días me llegue.

Pero por otro lado el domingo cometí lo que quizá sea un gran error, para NieR, ya que empecé a jugar Xenogears. Título del cual incluso venía planeando qué escribir al momento de planear la reseña que ahora les escribo. De hecho sobre NieR también venía pensando, pero a Xenogears le traía ganas desde hace más de una década. No sé qué irá a pasar sólo puedo decirles que en Marzo sabrán cómo se solucionó el asunto.


Ahora sí, vámonos a Terca Lumireis

Ah, mi relación con la saga de Tales of. Es algo complicada. Hace unos días platicaba con un amigo sobre qué me estaba pareciendo el juego y cuáles de la saga había jugado. Sabrán que mi primer contacto con Tales of fue con la reedición de Abyss para el Nintendo 3DS, pero realmente no me pareció nada sorprendente y por ahí lo tengo arrumbado; culpó también a que en su año de salida habían salido títulos como Snake Eater 3D, Virtue’s Last Reward, Final Fantasy XIII-2, Devil Survivor 2, Xenoblade y otros más que me hicieron abandonarlo; no fue hasta Xillia cuándo verdaderamente tomé un Tales of en serio y pude acabarlo. Como lo comentaba con mi amigo, letrado severamente en los Tales of, de Xillia no recuerdo nada, absolutamente nada. Se me hizo un título poco memorable al grado que no puedo rememorar si fue bueno o malo o qué me pareció, lo único que recuerdo es a su protagonista, Milla, y eso debido a que me hacía recordar a Kid de Chrono Cross.

Varios Tales of llegaron después que no he jugado por el nulo impacto que me dejo Xillia pero que he seguido comprando por lo mismo. Como habrán visto allá arriba en esta ocasión toca hablarles de Vesperia, el cual salió originalmente para el 360 en 2008 y al año siguiente recibió una versión con algunos extras para el PS3, sólo en Japón. Por su décimo aniversario Namco decidió sacar la “Definitive Edition” alrededor del mundo para el PS4 y la Switch y por el “Efecto Switch” me animé a comprarlo y jugarlo.

Para tener 10 años el juego luce bastante bien y esto es quizá debido a que su aspecto visual le favorece y le ha permitido envejecer de buena forma. Tampoco es algo de reconocer de más pues la evolución gráfica de la pasada generación a la actual no es tan contundente y más aún en los juegos que usan el cel shading. La paleta de colores y los escenarios podrán imaginarlos como salidos de algún anime reciente; rebosan de detalles las ciudades y el diseño de personajes, aunque en lo particular considero que el mapa del mundo flaquea un tanto pues resulta algo aburrido de explorar.


Fue bastante grato explorar cada una de las diferentes ciudades y mazmorras ya que la variedad de las mismas es muy rica; por un lado tendremos grandes castillos, calmadas ciudades un tanto campiranas, puertos repletos de actividad comercial y una ciudad en medio del desierto con oasis y todo. Las mazmorras por su lado varían de temática y no resultan nada genéricas aunque en lo particular creo que estos dos aspectos tienen una gran pega. 

Las ciudades por su parte se ven grandes y majestuosas, con varias capas al fondo e incluso varias casas o lugares que parece podríamos explorar, pero no. El juego es cruel en este aspecto pues pese a deleitarnos con bellos escenarios la exploración es bastante reducida. Por norma podremos hablar con varios NPC, ir a la tienda, visitar el Inn y alguna locación particular en dónde se desarrollará más la historia, pero no más.

Si bien, los RPG de antaño nos acostumbraron a una sobrepoblación para una villa de escasas casas, mi conflicto con Vesperia es que pareciera haber mucho más pero todo está contenido en un número restringido de sitios; la exploración, al menos de las ciudades, se vuelve muy monótona y quizá un tanto aburrida para los estándares de hoy. Las mazmorras por su lado toman los frecuentes clichés de otras sagas y los incorporan de manera grata, hay barco pirata, nivel en las tuberías, mazmorra por debajo de una mansión y más, pero la única mecánica además de explorarlas es con un accesorio que se nos da al principio y que nos permite activar algunos apagadores o deshacernos de algunos bloqueos.

Mi problema aquí fue que pecan de sencillas o lineales, hay poco que hacer más que seguir avanzando con un pequeño obstáculo de vez en cuando, salvo sus contadas excepciones laberínticas que nos harán perder la orientación de hacia dónde nos dirigimos.


Las batallas ocurren en tiempo real pero la cámara se mantiene fija haciendo un efecto 2.5D al momento de pelear, existe también la posibilidad de poner la cámara libre por si lo prefieren. En batalla tendremos un botón para el ataque con arma, uno para un arte y otro para bloquear/brincar y en casi cualquier momento podremos pausar la batalla para cambiar equipo, en caso de ser necesario, o bien para usar algún ítem con la penalización de tener que esperar un par de segundos para poder usar otro.

A los demás integrantes de la party, hasta 3, los controlará el CPU y en la mayoría de los casos resultó de bastante ayuda para revivir algún caído o usar un ítem en el momento preciso para quitar algún estado alterado. El juego trata de incentivarnos a usar artes diferentes o tratar de hacer combos para obtener mejores puntuaciones pero en lo personal hice del juego un aburrido “button smashing” pues realmente la dificultad no es tan elevada como para obligarnos a hacer más que sólo apretar el botón de ataque. Incluso en varias partes dejaba que la party se encargará de la batalla mientras yo me dedicaba a hacer otros menesteres fuera del juego.

Es grato ver a los enemigos sobre el mapa o en las mazmorras e incluso podemos tratar de hacer una larga cadena de encuentros, dejando que nos persigan, para que la experiencia al final de una larga cadena de batallas sea generosa y también la experiencia que vamos ganando con cada arma. Pese a que en lo personal el sistema de batalla me pareció aburrido lo que me mantuvo haciendo estas cadenas de encuentros es que casi todas las armas tienen ciertas habilidades, tanto pasivas como nuevas artes, que se irán desbloqueando conforme más las usemos.

En un principio ignoré esto y me fui directo por las armas más fuertes que pude sintetizar, como se le llama a la opción que aparece en todas las tiendas, para avanzar más rápido y no fue hasta un poco más clavado en el juego que descubrí estas habilidades y todo resultó más fácil o práctico a la hora de pelear. Las habilidades pasivas sirven para mejorar stats o ciertas características en nuestros personajes y las artes que tanto les he mencionado son técnicas o una suerte de ataques más fuertes en batalla, que pese a que no las usaba fue una manera de hallar un qué hacer más en el juego.


Además de conseguir más habilidades otro de mis vicios fue estar cocinando en el juego ya que de los spoils que sueltan los enemigos, algunos que encontramos en el mapa o que bien podemos comprar en las tiendas, podemos poner a cualquier miembro del equipo a cocinar alguna de las recetas de cocina en el juego para servirla a los demás; el beneficio de hacer esto es que obtendremos alguna bonificación momentánea y es excelente para obtener un plus contra algún boss. También descubrí que algunas recetas, después de prepararlas en repetidas ocasiones, pueden desbloquear otras más o una mejor versión.

La música no es buena ni mala, como casi todo en la mayoría del juego me pareció normal aunque hay algunas composiciones que me hicieron reir bastante pues en los momentos más chuscos del juego caen como anillo al dedo y el tema de batalla pese a no ser épico es agradable y jamás me harté de él después de escucharlo en tantas ocasiones.

Hasta el momento creo que de todo lo que les he hablado del juego pareciera que no causó una gran impresión en mí, entonces ¿Qué es lo que me hizo escribir esta reseña? Les he de hablar ahora de Brave Vesperia.


Brave Vesperia, the brightest star in the sky.

Lo que me encantó de sobremanera en el juego son los personajes y su épico desarrollo; tenía rato sin encariñarme tan profundamente con una party ya que la misma está muy bien conformada, se siente bastante humana y su relación es muy sólida. 

Desde un principio la historia nos saca de la zona de confort de los RPG pues Yuri, el protagonista, no es el típico joven descendiente de algún héroe de otra época, ni el elegido por los dioses, ni la reencarnación de nadie. Él y Flynn, amigo de la infancia, entraron en el ejército para llevar un poco de justicia a la clase más baja de donde venían pero al ver cómo era la justicia y lo poco que podría hacer estando en el ejército decide salirse para buscar una forma de hacer justicia.

Incluso en repetidas ocasiones a estado tras las rejas por tratar de hacerse el vigilante y causar conflicto con los guardias de la ciudad hasta que llega el punto en donde decide salir en búsqueda del ladrón que hurtó el regulador del suministrador de agua de la zona de la ciudad en donde él vivía; y es aquí donde empieza la aventura.

El juego deja de lado el salvar el mundo para confrontarnos con lo que la justicia significa para las clases altas y la clases bajas. Al poco tiempo se topa con Karol quien tiene poco tiempo de haber huido de su gremio y busca crear uno propio; con el peso que la palabra gremio conlleva buscan forjarse de un objetivo propio regido bajo sus propias ideologías en busca de llevar justicia para todos. Poco a poco se nos irán uniendo más personajes, pues en un principio Yuri logra escapar con Estillise, la heredera al trono de la capital y con su fiel acompañante Repede, el lobo tuerto y cuasi mascota de Brave Vesperia.


A lo largo de este conflicto de justicia dictada por la ley o justicia tomada por mano propia cada uno de los personajes que tendremos en la party se enfrenta a conflictos propios, mismo que en ocasiones los harán apartarse de la party para después volver o que incluso los pondrán en conflicto interno entre ellos; cada uno busca un objetivo personal y a través del juego trataran de obtenerlo pero los mismos se sienten tan humanos y creíbles que resulta imposible despegarse de sus historias.

Lo que en un principio comienza como una búsqueda de un ladrón termina volviéndose en una historia de salvar al mundo e igualmente así de grande es el cambio que cada uno de los personajes sufre al tratar de encontrar su objetivo. Lo que también me encantó es que el mismo Yuri en un par de ocasiones toma justicia por mano propia, manchando sus manos de sangre, al ver que la “justicia” no hará nada pese a la abundancia de pruebas y por el abuso de poder. Yuri se siente humano, tiene pasiones, conflictos, ideologías y busca poder hacer algo en el mundo pese a que quizá todo esto entre en conflicto con la sociedad. Y así cada uno de los miembros de la party.

Si a esto le añadimos que además del desarrollo de personajes en la historia a un sin fin de skits en el juego que añaden detalles a su personalidad la ecuación resulta bastante contundente para que agrade a muchos. Los skits son pequeñas escenas, evitables, entre la party que van desde lo más banal como gustos de comida o el estado del clima hasta divertidas pláticas entre ellos que si bien no aportan a la historia ayudan a hacer más estrecho y sólido el vínculo entre ellos.


Tales of Vesperia fue una grata experiencia. No por sus mecánicas un tanto aburridas desde mi punto de vista, no por sus gráficos ni por su música, que sin ser malos, para mí no resultaron muy impresionantes. La historia no es mala y tiene varios giros que lentamente la van tornando más interesante. Lo que me encantó fue la party y sus conflictos, son personajes que se sienten humanos y que por lo mismo se puede empatizar o al menos hacer más creíbles sus historias. Dicen que lo importante no es la meta, sino el camino. ¿Y qué mejor que cuando se es acompañado por personajes tan memorables? Sin lugar a dudas se los recomiendo.

Me despido

“S”

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