The Last Story
¡Qué tal estimada gente del Internet! Ha pasado sólo una semana y yo vuelvo a escribirles por aquí. Actualmente estoy esperando por jugar Catherine: Full Body para el PS4 y mientras eso ocurre, 2 de Septiembre, me he decido por atacar mi backlog. Eso de atacar el backlog va entre comillas pues en lo que va del año saben que dejé a medias Persona Q2 y recientemente me llegó Fire Emblem: Three Houses.
He seleccionado títulos que tenía en mi lista de pendientes los cuales son algo cortos y que para acabarlos me tomará entre 24 y 48 horas o lo equivalente a 1 o 2 semanas, que es lo que juego normalmente por semana y que queda justo para poder entrarle a Cathy sin dejar nada por acabar. Ahora estoy jugando otro MegaTen pero en esta ocasión me toca escribirles de la última gran obra de Hironobu Sakaguchi.
La última historia.
The Last Story fue anunciado por ahí del 2010 para la Wii; el anuncio me brincó en cuanto lo vi pues ya estaba esperando Xenoblade, en aquel entonces Monado, y ver otro gran RPG anunciado para la Wii fue muy grato pues era otro justificante para la adquisición de la misma. Palabras más y palabras menos, sabrán lo accidentado que fue su salida y que mucho tuvimos que pelear para que nos llegará de este lado en 2012.
Xenoblade en aquel entonces arrasó con las miradas, y altas notas, de todos los sitios especializados pues tenía rato que no se veía un RPG similar a él en consolas de juegos y por su parte The Last Story hizo ruido por formar parte de la “Trinidad de RPG de la Wii” pero es cierto que su popularidad no fue tan grande como la del Xeno.
Para empezar, The Last Story es todo lo opuesto a Xeno. Aquí en lugar de tener un gran mundo semi abierto tenemos escenarios un tanto contenidos y la exploración es casi nula y queda sólo rezagada a la gran ciudad que hay en el juego. Los escenarios son de tamaño medio pero sólo es ir punto A al punto B de forma enrevesada y con pequeños puzles.
Xeno también era ir de A al B pero sus grandes escenarios nos permitian perdernos por muchas horas en la inmensidad de Bionis o Mechonis. Además en The Last Story una vez que hayamos explorado el escenario no servirá de nada regresar a él ya que pocas cosas habrá de interés y si encontramos todos los cofres realmente de nada servirá.
Este gran sacrificio en libertad lo compensa muy bien el juego ya que todos los escenarios del juego y el diseño de los personajes es con creces superior a Xeno. Cada escenario y mapa esta muy bien pulido y rebosa de detalles a lo grande. Lo sé, el Wii no era una consola muy poderosa en su generación pero de la Trinidad sin lugar a dudas es el que mejor se ve y que más exprime a la consola.
(Disclaimer: Las imágenes que subo aquí fueron capturadas directamente del emulador y están en un tamaño 2 veces superior al original además de una resolución interna 4 veces mayor, por ende no parecen de Wii)
Otro contraste con Xeno es que la historia no nos dará pausa; si omitimos los pequeños side-quest disponibles en el juego, cosa que yo hice, pasaremos por sus 44 capítulos sin tregua para descansar de la historia. En los escenarios enfrentaremos a los enemigos los cuales no son muy variados y para hacer un poco de grinding habrá lugares específicos en donde podremos invocar más enemigos por si los que nos proporcionó la historia no fueron suficientes.
Las batallas son también un tanto divergentes entre ambos, ya que si bien ambos títulos dejan de lado los turnos y optan por un sistema de acción, The Last Story implementa un sistema el cual me será difícil de comparar con algún otro. Por un lado no tenemos batallas aleatorias ya que desde un principio veremos a los enemigos en el escenario y la acción se desarrollará ahí mismo.
Al momento de entrar en batalla controlaremos directamente sólo a un personaje, en el mayoría de casos a Zael, y con un botón atacaremos a los enemigos. Tendremos un botón dedicado para cubrirnos de los ataques y otro para esquivar. Sin muchas complicaciones el título lo podríamos reducir a hacer sólo button smashing pero también tiene otras mecánicas las cuales le dan una mayor estrategia y profundidad.
Tendremos la opción de refugiarnos detrás de muros o piedras para preparar un ataque sorpresa además de que en el juego también hay una vista en primer persona, ya sea para usar la ballesta y atraer a un enemigo o para inspeccionar el entorno y descubrir alguna zona que pueda ser destruida por la ballesta o un ataque mágico de alguno de nuestros compañeros. Esto para causar daño a las huestes enemigas y darnos un poco de ventaja.
Nuestros compañeros actuarán de forma automática pero conforme subimos de nivel iremos aprendiendo nuevos ataques y adquirimos un control más específico de los mismos. Podremos indicarles qué hacer o a qué enemigo atacar y de qué forma. Al principio esto no es tan necesario pero ya para el final del juego será necesario trazar una estrategia más profunda que sólo atacar.
En el juego no podremos usar ítemes para curación o revivirnos así que dependemos directamente de nuestros compañeros y si morimos en batalla cada personaje tiene hasta 5 posibilidades de regresar antes de quedar totalmente eliminado de batallas o, sí el personaje principal muere las 5 veces, veremos la pantalla de título y tendremos que reiniciar desde el último punto de salvado.
Así que también nos olvidaremos de las posadas pues al terminar cada batalla en automatico nuestra salud se recuperará. De hecho en el juego no hay más que una ciudad y los demás escenarios son más bien dungeons en donde se desarrolla la historia y las batallas. En esta pequeña ciudad podremos comprar materiales para mejorar nuestras armas, armas, accesorios y demás cosas típicas de un RPG además de andar buscando los side-quest.
Mi problema aquí es que ya estoy muy acostumbrado a que me señalen, aunque sea con un globo o en el mapa, qué personaje me dará algo que hacer. En The Last Story no es así y tendremos que estar buscando y hablando con cada personaje para ver si nos da una misión. En algunos casos al pasar cerca de ellos escucharemos alguna conversación que llamará nuestra atención pero otro tanto no da señales de nada. Motivo por el cual decidí omitirlas.
Con lo que compremos en la ciudad o de lo que obtengamos en batalla nos será posible mejorar nuestro equipo y es grato que tanto armas como prendas tienen un efecto en el diseño de nuestros personajes aunque en el juego no hay muchos de dónde escoger.
Arriba ya hice mención de Sakaguchi, creador de Final Fantasy y quizá uno de los diseñadores de juegos más populares hace algunos años; mente maestra de grandes joyas como FFIV y VI además de estar seriamente involucrado en el desarrollo de Chrono Trigger, vaya todo título de Square previo a FFXII le debe algo. El juego además carga con otro nombre pesado y de la época dorada de los RPG pues es Nobuo Uematsu quien se encargó de crear las composiciones para este juego.
Desde el primer momento que puse el juego no pude dejar de pensar en Final Fantasy IV y es que el tema que suena en la pantalla de título me recordó al tema de FF. Y así a lo largo de toda la entrega varias composiciones que se escuchan parecieran reverberaciones de trabajos anteriores de Uematsu. No es mi favorito pero es innegable su talento y la facilidad con la que logra dotar de emociones a las escenas más climáticas del juego.
El último canto del cisne.
El juego nos transporta a Isla Lázulis, el clásico mundo fantástico/medieval y tomaremos, la mayor parte del tiempo, el papel de Zael. El clásico dood que de ser mercenario sueña con pasar a ser un caballero para proteger a todos ya que cuando niño asaltaron su aldea y mataron a su madre. Para esto decide unirse a Dagran quien comparte el mismo sueño de volverse caballero y después de un largo tiempo terminan por volverse muy buenos amigos.
Años después, y en el tiempo en el que transcurre el juego, Zael, Dagran y todos los demás miembros de su banda se han hecho de renombre entre los mercenarios; hecho por el cual el gobernador del reino los termina contratando para hacer una pequeña misión de “limpieza”. Terminan por cumplir la misión y al poco tiempo son contratados como guardias del castillo para asegurar a los invitados en el próximo magno evento: La boda de la princesa Calista.
Previo a esto, Zael se encontró con Lisa en la ciudad, una misteriosa chica la cual poco sabía de las tradiciones típicas del reino, parecía que vivía en una cueva. Después de una larga noche repleta de pequeñas aventuras Zael termina por enamorarse de ella pero por motivos que no nos son explicados de manera concreta, Lisa se tiene que ir.
Sorpresa es que cuando Zael llega al castillo para empezar con este nuevo encargo presentan a la princesa Calista que no es otra que la misma Lisa con quien la noche anterior la pasó tan bien. Y si han jugado algún otro título de Sakaguchi sabrán cómo se desenvuelve el resto de la historia.
Pero, como nos dicta la norma de todo RPG, durante el anuncio de la boda el reino es atacado por el reino vecino, los Gurak y por cliché del destino su principal objetivo será secuestrar a la princesa. Hasta el momento todo ha sonado bastante cliché, y es que sí, lo es. Tanto en el desarrollo de personajes como en la trama no es nada que no hayamos visto.
En un principio la historia me pareció buena pero ya para la mitad del juego todo se empieza a tornar fácilmente predecible según los hechos que van pasando y no hay realmente ninguna sorpresa. Si lo contrasto con Xeno en este aspecto el juego me quedó a deber ya que esperaba algo igual de sorprendente que el título de Takahashi.
Ahora bien, hay que tener en mente que es un título de Sakaguchi y que realmente todas sus historias son un tanto similares entre sí mismas. Hay conflictos entre los personajes y conflicto con lo que significa ser un caballero y la idea romántica que tiene Zael. Habrá un conflicto entre dos naciones por las necesidades de tierra y si son avispados sabrán cual es la solución del mismo.
Vaya, Sakaguchi nos narra sus historias con los mismos arquetipos que él mismo creó al pasar los años. Con esto no digo que la historia sea mala, en lo particular me gustó, pero también no esperen que nos vuele la cabeza, cosa a la que sí nos tiene acostumbrados Takahashi. Más bien The Last Story es un título muy conservador en este aspecto y repleto de clichés de la Square de mediados de los 90’s para atrás.
El juego me gustó a secas pues se arriesga en unas cosas y se mantiene muy conservador en otras. En ocasiones la historia y el argumento me pareció soso pero admito que disfruté muchísimo a todos los personajes y sus disparatadas conversaciones. La música y el gameplay ayudan a sobrellevar la historia y me gustó que sea un juego centrado más en la historia que en la exploración.
Pese a que la historia es fácilmente predecible y que supe bien cómo se desarrollaría tampoco puedo negar que no disfruté ver el final y en sí, todo el camino. Ayuda que sea un juego corto lo cual no lo hace tedioso y la variedad de escenarios es muy disfrutable pese a lo contenido que están. Me es difícil recomendarlo, sería más bien para alguien que busque algo muy clásico en la historia o con un gameplay muy diferente a cualquier otro RPG.
Me despido.
“S”
Que suertudo soy por haberme encontrado tu blog, un abrazo.
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