Observer (Opinión)


¡Qué tal mis estimados tres lectores! ¿Cómo han estado? Vaya, hace dos meses que no les escribo ¿Qué tal pasaron las fiestas? Como siempre, no sé ni por dónde empezar ¿Fin de año? ¿Trabajo? ¿Cosas personales? Pero vaya, trataré de darle forma a este pequeño soliloquio y reseña. De dos meses para acá el trabajo a cambiado mucho, por fin me sacaron de la central y me regresaron a una sucursal; sabrán que prefiero estar fuera de la central debido a que el ambiente laboral es más relajado y puedo permitirme escribir más y adelantar todos mis animes además de que tengo horas extras.

Ganar - ganar, como alguna vez me lo dijeron. Tengo mejor horario, más dinero y he avanzado con la deuda a pasos cuantificablemente mayores. Lo sé, es una deuda de casi cuatro años y casi todo el año pasado me pasé hablando de ella, pero ya desde Octubre tome medidas más serias y para finales de Diciembre me puse a ver seriamente cuánto avanzaba. Creo que en la vida, como en los RPG, si no tenemos avances cuantificables todo pierde sentido y tener ya la noción clara de cuánto estoy avanzando con la misma a servido para amarrar aún más el cinturón.

En lo personal he estado sorprendentemente bien, digo esto algo extrañado pues ya de un tiempo para acá no ha habido altibajos si no que más bien la curva de mi estado de ánimo se ha mantenido hacia arriba y para bien, creo que todo se derivó de saber, entender o disfrutar un único compromiso que es  para conmigo mismo. He podido jugar más, he podido escribir más, he podido salir más con mis amigos, he conocido nueva gente; vaya, he hecho muchas cosas, en un periodo relativamente corto de tiempo, todas realmente para mí. ¿Egoísta? Quizá, pues ¿Qué es la felicidad? Sino lo más propio de cada uno de nosotros. No sin llegar, claro, al hedonismo.


En los videojuegos, después de TWEWY le entré cabrón a Smash Ultimate y a esta fecha ya llevo acumuladas 120 horas. Mis amigos me enseñaron a jugar y hemos organizado varias “Smashizas” hasta terminar fastidiados. Smash ha sido una grata experiencia, me permitió a su vez conocer más gente IRL y también entender lo profundo y complejos que pueden llegar a ser los juegos de peleas que otrora veía simplemente como apretar botones a lo loco. Quizá no lo lean pero agradecimientos especiales para Ezpelz, Kabra y Cuervo, mismos que me incitaron a jugar Splatoon.

Si le bajé a Smash fue también por Tales of Vesperia, que si logro superar lo flojo de su historia será la siguiente reseña acá en la Amala. No puedo olvidar tampoco poner aquí lo mágico de las reuniones con mis amigos y que también hace 2 semanas tuve la oportunidad de volver a acampar, cómo lo puse en Twitter, todo se reduce a Fuego y Estrellas.

Pero bueno, un nuevo año nos espera. Mis planes siguen como estaban pero mejor sustentados; no habrá Onion’s Quest pero al menos ya vislumbro una fecha para cuándo hacer el primer video blog, trataré de escribir una reseña al mes a manera de horrocrux y debido a que este año se viene con madre, sólo imaginen: Nier: Automata,  Persona Q2, Astral Chain, Catherine y Dragon Quest XI, sólo por mencionar a los que más me interesan, pero la lista de compras este año es más larga. Además de terminar con la deuda y seguir escribiendo, no aquí, en el otro proyecto.

Después de este, largo, primer rant del año es momento de hablar de videojuegos.


Observer

Cabe aclarar que el juego es corto y mi experiencia con este género es casi nula, así que trataré de hacer esto una reseña reducida cargada de sentimentalismos (Que servirán para darles contexto, quizá).

Ah, mi gusto por el Sci-Fi no puedo decir cuándo comenzó pero sí cuáles han sido las obras que más me han marcado. En la literatura podría decir que Do Android Dreams of Electric Sheep?, la trilogía de Fundación y, el que recientemente acabo de terminar, la tetralogía de Una Odisea Espacial. En el cine han sido Interstellar, Blade Runner y Avatar y aprovechando que ando encarrerado no puedo evitar a las producciones japonesas como Ghost in the Shell, Lain y Akira. ¿En dónde meto a Paprika y a The Man who fell to Earth?

En los videojuegos ha sido un poco más difícil, pero bien recuerdo que ya desde hace 10 años trataba yo de jugar una tríada de ciencia ficción al año; títulos como Mass Effect, Infinite Space, Star Ocean me dejaron boquiabierto pero no me volaron la cabeza como Digital Devil Saga y Soul Hackers, no sin olvidar mis múltiples intentos de jugar Deus Ex HR. 

Condensado lo anterior puedo definir claramente qué lo que más me gusta en este ámbito es realmente el Tech-Noir y el Cyberpunk. De ahí que si han visto algún trailer de Observer, o si es que no les he puesto algún vídeo antes, entenderán el por qué es que me gustó tanto el juego y por lo mismo me animé a escribir de él, pese al género y a la duración. (Sí, por eso estoy llenando de paja esta reseña)


No me enteré del título hasta que fue anunciado para el Nintendo Switch y la verdad en un principio no me llamó la atención pero bastó con ver la cara del protagonista para engancharme y buscar más información del título. Cabe señalar que en PS4, XONE y PC ya había salido desde el 2017 y tardó casi año y medio en llegarnos al Switch; como supondrán me dío el “efecto Switch” y viendo a Rutger Hauer en pantalla no pude decir que no.

¿Quién es ese wey? Nada más y nada menos que el actor que interpreta a Roy Batty en Blade Runner (¿Ahora entienden el por qué de la paja de arriba?) y si han visto la película u oído del monólogo “Tears in Rain” sabrán lo trascendental que es. No sólo en el ámbito del cine sino que el mismo monólogo aspira a un nivel, quizá, más filosófico. No puedo ahondar más en detalles pues no estoy versado en la plática filosófica, pero sin lugar a dudas al ver este monólogo de forma más introspectiva y crítica las acciones y el deseo de Roy se vuelven no sólo entendibles sino que reflejan el deseo de la mayoría: trascender.

Nada más de recordar la escena se me eriza la piel, tanto así que ver al actor ahora en un videojuego con un set muy similar al de Blade Runner me terminó por doblar las manos.

En el juego, Hauer toma el papel de Daniel Lazarski; un policía/detective en Polonia del año 2084. Con las líneas de arriba podrán suponer que el juego está pesadamente inspirado en Blade Runner. Humanos aumentados, cyborgs e inteligencias artificiales son las palabras que acuden más a mi mente al tratar de definir el cyberpunk pero si ahondamos en el género más, también veremos que existe una una distopía y un nivel de vida bajo que trata de oponerse al mismo sistema o bien aspira a un nivel de vida utópico de las clases sociales más altas, como en GUNNM.

Desde un inicio estos dejos de la película se hacen presentes: la constante lluvia, las luces de neón que saturan la vista e incluso las palomas están presentes, pero más allá dentro del juego hay un sin fin de notas y pláticas que nos hacen ver la condición decadente en la cual se sitúa el juego, mismas que habrá que buscar de forma muy particular.


Controlamos a Lazarski desde una perspectiva en primer persona, la cual saben que detesto, y la interacción con el entorno será prácticamente reducida a un botón de acción y a otro para inspeccionar con mayor detalle el mismo. Lo interesante en el juego es que tendremos dos visiones una que nos permitirá examinar dispositivos eléctricos y otra que nos permite inspeccionar material orgánico las cuales usaremos para resolver una cantidad considerable de puzzles.

Todo en el juego ocurre en un pequeño edificio al cual acude Lazarski por la extraña llamada que al comenzar el juego recibe de su hijo, con quien no había tenido contacto desde hacía mucho tiempo; al instante de llegar al edificio el mismo queda bajo confinamiento por la policía; todas las puertas (eléctricas) quedan bloqueadas y en el edificio el único que queda con relativa libertad es Janus, el conserje. Lazarski entonces empieza la investigación en el edificio, sospechando que quizá un brote de nanofagia sea la culpable.

La nanofagia es una enfermedad, tanto biológica como cibernética, que afecta a los humanos aumentados. Durante su primer brote, miles de personas murieron y a la fecha ya es curable, pero el edificio está en un distrito de clase “C”, lo más bajo de lo bajo y en donde contraer esta enfermedad será fatal. Por lo mismo la interacción con los demás inquilinos será exclusivamente a través del intercom de las puertas.

Estas pláticas serán diversas, en ocasiones nos darán información de algún otro inquilino, del lugar dónde consiguen droga o bien, una de mis pláticas favoritas fue con una familia que, en contraste, pertenecía a una “secta” llamada Los Inmaculados, personas que sorprendentemente a la fecha se rehúsan a ponerse algún aumento y que por ende son inmunes a la nanofagia.


Lo sé, se han de estar preguntando: Juan, ¿Qué mierda? ¿Qué de divertido tiene ir hablando con algunos inquilinos por el edificio? ¿En dónde está la acción, la aventura y el misterio? No coman ansias, queridos.

Lazarski no sólo es un policía si no que concretamente es un Observer, un agente especializado y autorizado para entrar a la mente de las personas mediante una conexión física, literal un cable. Después de recibir la llamada de Adam, su hijo, logra triangular su ubicación y dar con el edificio del clase “C” en dónde resulta que Adam había estado viviendo desde hacía algún tiempo. Durante el confinamiento, Daniel comienza a investigar todo el edificio y logra encontrar en el primer piso a una persona severamente lastimada, pero aún con vida, y en sus últimos respiros se conecta a su mente para indagar qué es lo que pasó.

Es aquí donde el horror comienza.

Saben que los juegos de terror me dan muchísimo terror, redundancia a propósito, y que desde niño jamás los he tolerado. No soy muy afecto de los mismo pues saben que uso los videojuegos para relajarme y pasar un buen rato, no para andar sufriendo ni con el corazón alterado, para eso mejor reviso mi estado de cuenta o algo similar. Este fue el principal motivo por lo cual casi desistí de jugarlo, pero envuelto en mi cobertor anti horrores de la noche pude acabarlo.

La parte de terror ocurre principalmente en las mentes de las personas a las que nos conectemos, aunque no faltará uno que otro susto en la realidad, en donde tendremos que escondernos de cierto enemigo el cual aparecerá. No esperen poder atacar con un arma, como en Resident Evil, pues el juego es más bien al estilo de Shattered Memories en donde el principal objetivo será escondernos, escabullirnos y lograr salir de la mente del individuo.


Cómo el título hace alusión, somos un observador únicamente y el terror surge en el juego a partir de las distorsionadas mentes de cada una de las personas a las cuales entremos. Podremos vivir en carne propia sus traumas y aflicciones, averiguar qué es lo que está pasando en el edificio, la relación de los inquilinos con ellos mismos, su forma de pensar sobre la situación o sobre el mundo en el cual les tocó vivir, de una retorcida manera.

En partes es un terror grotesco y sanguinario, pues en el edificio ocurren cosas muy oscuras y retorcidas pero en otras partes el terror se vuelve más psicológico o simbólico por la percepción que cada uno tiene de su entorno. Si ya de por sí es complicado entender a uno mismo, asuman lo aterrador que puede llegar a ser ver el mundo desde la perspectiva de otra persona.

Hay además en el juego una serie de eventos que fácilmente podremos omitir, llamémosles “side-quest”, con algunas historias demasiado retorcidas o bien que nos contextualizan más a fondo sobre ciertos personajes, pero para esto tendremos que indagar meticulosamente en las computadoras de los propietarios e incluso en el juego hay un pequeño mini juego bastante divertido y que nos hará pensar con detenimiento cada movimiento antes de avanzar.

Basta de flores y vienen la piedras.

El juego luce muy bien; la ambientación, las luces y el diseño de escenarios nos ponen casi en la ciudad de Los Ángeles de Blade Runner. Hay detalles brillantes como las computadoras, la tecnología y la información que nos adentra más en la historia como son los posters y algunas grabaciones que hay en el juego pero considero que en mi caso fue un error adquirirlo en el Switch. Es raro que haga especial hincapié en el apartado gráfico pues creo que a lo largo de estos 9 años (aquí) he mantenido la filosofía de que si la historia y el gameplay es entretenido, el apartado gráfico puede ser condonado en caso de haber una falla, pero aquí sí me arrepiento de haber adquirido el juego en la consola menos potente, teniendo la opción de adquirirlo al mismo precio en el PS4.


El juego se ve bien para las capacidades del Switch, pero en momentos el frame rate da tirones horribles brincandose cuadros. No lo hace imposible de jugar, pero vaya que para mí fue molesto y que conste que no soy exigente en este punto. Por otra parte, me puse a ver videos o gameplays antes de comprarlo y en su mayoría era de PS4 o PC. El juego se ve simplemente genial, en el Switch pierde mucho detalle y quizá se abusa de la neblina o efectos similares para evitar la carga gráfica. No me mal entiendan, reconozco la capacidades del Switch y admito que pese a esto el juego luce bien en la consola, pero habiendo visto las otras versiones y a sabiendas de que podía jugarlo en una mayor calidad teniendo ahí llena de polvo la PS4, aun me sigo lamentando no haberlo adquirido en esa plataforma.

En la mayor parte del juego no hay música y la misma se remite exclusivamente a escenas de mayor tensión que logran ponernos en el mood de una pélicula de terror pero también hay algunas composiciones que suenan muy Ghost in the Shell o Blade Runner, para nada malo pues ya en la licuadora tenemos un gameplay decente y unos gráficos aceptables (en la consola que lo jugué) y si lo amalgamamos con música que nos pone los pelos de punta o bien que nos hace sentir la distopía en carne propia, la mezcla, hasta ahora, va quedando bastante bien.

Siento que si les escribo más de la historia  la quemaré así que procuraré limitarme a hablar de la misma de forma muy general.

La historia es simplemente genial. Si gustan del cine Noir o bien de esos juegos en donde hay que andar jugando al detective creo que Observer cumple muy bien. Para mi sorpresa el juego es bastante “maduro” y es que después de andar tanto tiempo salvando el mundo en mis RPG el juego es bastante crudo. David está en su tardíos 40 y para ser un Observer es necesario que constantemente se suministre un calmante para lograr mantener las salud mental; casi cualquier Observer es despreciado por la sociedad de clase baja, no sólo por ser un policía si no por lo que él verdaderamente hace, el desprecio hacia los Observers es evidenciado por varios de los inquilinos del edificio e incluso en un principio Janus se muestra reacio a cooperar con él.

El principal motivante de David es encontrar a su hijo y al enterarse de que se encuentra en el edificio y quizá en riesgo, la investigación se torna personal. Al explorar las mentes de algunas personas a las que podremos acceder la historia se puede tornar un tanto disparatada, casi como si estuviéramos en Wonderland pero este mismo aspecto, pese a lo aterrador que puede llegar a ser, le da un singular encanto al juego.


Conforme nos acercamos al final, después de haberse adentrado en tantas mentes y de haber cometido ciertas faltas al código de ética que lo rige la realidad comienza a tornarse más distorsionarse y David comienza a perder la noción de qué es verdadero y qué no. Después de una serie de revelaciones ya para el final del juego y uno giros bastante interesantes se nos da la opción de escoger alguno de los dos finales. No teman, no los arruinaré. Un final que es más simbólico y otro que deja una pregunta abierta, después de tantas comparaciones y referencias a Blade Runner los finales de Observer no tienen un “Tears on Rain” pero se me hicieron bastante buenos y relevantes, quizá por mi fascinación con la temática que trata el juego.

Creo que Observer es una recomendación más moderada, sólo para aquellos que gusten del cine noir o bien del cyberpunk; no esperen pasar muchas horas en él ya que a lo mucho yo invertí en él unas 8 horas. Si tienen oportunidad y les interesa pruébenlo de ser posible en un PS4, XONE o PC pero si sólo tienen un Switch la verdad es que el juego no se ve tan mal.

Me despido.

“S”

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